Son muchas las ocasiones en las que el éxito de un trabajo concreto ha eclipsado la obra completa de un artista. Una canción que coloniza las radios, una novela que revienta los récords de ventas, una película que te hace ganar el Óscar… o una pintura que se une a tu nombre para siempre. Da igual que Katsushika Hokusai (1760-1849) realizara miles de dibujos durante su extensa carrera. En el recuerdo de la memoria colectiva será únicamente el autor de la famosa Gran Ola de Kanagawa.
Es imposible buscar información del maestro japonés sin que aparezca una imagen de su Gran Ola, aunque en la interminable lista de ilustraciones que dejó hay varias joyas que también merecen ser conocidas. Nacido en Tokio (que en aquella época se conocía como Edo), Hokusai dominó el arte de la xilografía y creó series de dibujos retratando la sociedad y los paisajes japoneses dentro de la corriente artística ukiyo-e, basada en el disfrute efímero de las cosas de la vida y cuyo nombre significa «pinturas del mundo flotante».
A continuación repasamos algunas de las series de xilografías que dejó el maestro Hokusai, un inevitablemente rápido repaso a una obra tan rica como diversa y que ya forma parte de la historia del arte. No esperen encontrar la Gran Ola. Ya la habrán visto en otros lugares. Hokusai es mucho más que eso.
Notables vistas de puentes en varias provincias
En 1834, un Hokusai de 74 años publicó la serie de once xilografías Notables vistas de puentes en varias provincias, en la que presenta de manera muy estética y artística varios puentes de madera pintorescos.
Océanos de sabiduría
Entre 1832 y 1834 Hokusai pintó diez ilustraciones sobre la pesca de almejas, peces y ballenas. La serie Océanos de sabiduría no tuvo demasiado éxito comercial y apenas se hicieron copias de este trabajo, que sin embargo contiene algunas características técnicas inusuales en el maestro japonés.
Cien historias de fantasmas
Hacia 1830 un veterano Hokusai se interesó por el yūrei-zu, el grotesco género sobre fantasmas y monstruos. Algunos analistas han querido ver en estas pinturas una metáfora de los problemas que atravesaba Japón en pleno periodo Edo.
Treinta y seis vistas del Monte Fuji
Su serie de dibujos Treinta y seis vistas del Monte Fuji, completada entre 1830 y 1832, muestra la icónica montaña japonesa desde distintas perspectivas y en diferentes épocas del año. Algunas de las pinturas más afamadas de la colección son El Fuji Rojo o La Gran Ola. El éxito de esta serie hizo que Hokusai realizara otras Cien vistas del Monte Fuji entre 1834 y 1835.
Pinos jóvenes
Entre los muchos géneros que abarcó Hokusai destaca el shunga, centrado en la representación de escenas eróticas. Publicada en 1814, la serie Pinos jóvenes incluye la famosa y llamativa ilustración El sueño de la esposa del pescador, en la que el autor presenta al pulpo como elemento sexual.
Lecciones rápidas para el dibujo simplificado
Publicadas en tres volúmenes entre 1811 y 1820, las Lecciones rápidas para el dibujo simplificado son un perfecto manual de dibujo en el que Hokusai comparte su técnica y trucos para conseguir el realismo de sus ilustraciones. Actualmente se pueden consultar aquí, aquí y aquí.
Pequeñas flores y gorriones
Hacia finales de la década de 1820 Hokusai se interesó por el antiguo género chino del huaniao hua, basado en la pintura de pequeñas aves, insectos, peces y flores. Llamado kachō-e en japonés, este estilo se originó durante la China de las Cinco Dinastías y se caracterizaba por un gran detallismo.
Tour por las cascadas de las provincias
Mostrando su animismo -la creencia de que los objetos y los elementos tienen vida propia- Hokusai da a las cascadas de Japón el protagonismo en esta serie de xilografías publicada en 1834 en la que los seres humanos aparecen empequeñecidos frente a la fuerza del agua.
Otros trabajos
Entre sus otros trabajos destacan el Hokusai Manga (1811), una serie de sketches -no conectados entre sí- sobre paisajes, sociedad y eventos sobrenaturales, la Selección de Caballos (1822), veinticinco escenas protagonizadas por caballos, Fuegos artificiales en el Puente Ryogoku, pintado en 1780 con tan solo 20 años, o Paisajes al estilo occidental (1803), un libro de estampas que Hokusai creó tratando de imitar a los artistas europeos. Otra de las grandes -nunca mejor dicho- obras del maestro japonés fue el monumental retrato del Gran Daruma, un dibujo del famoso monje budista que el artista pintó en la fachada de un templo en Nagoya en 1817. La pintura de 18 metros de alto y 11 metros de ancho fue destruida en el bombardeo que sufrió la ciudad en 1945.
En septiembre de 2020 el Museo Británico adquirió más de cien dibujos de Hokusai que llevaban décadas en manos privadas y nunca habían sido publicados. De esta forma, la institución inglesa ampliaba el extenso catálogo de obras del maestro japonés que guarda en su biblioteca, y que hoy en día se puede consultar en la página web del museo.
Para finalizar, cediendo a la corriente mayoritaria -y para el disfrute del lector-, aquí tenéis la celebérrima ola de Hokusai, con todo su esplendor y fuerza: