Modelos Alternativos de Desarrollo 4/4 – Análisis de resultados de los modelos alternativos

Una vez presentados los estudios de caso y tras haber hecho una primera valoración individualizada de los resultados que han tenido los modelos alternativos allí donde se han aplicado, pasamos en este punto a un análisis general con el que se pretende enfatizar la doble estrategia que representan los MAD y el modelo vigente.

Tal y como apuntábamos en el primer artículo de esta serie, para poder comparar de forma más efectiva los modelos alternativos y el modelo predominante, señalamos una serie de elementos que caracterizan al desarrollo. Desde la dimensión económica, como el hecho de generar actividad económica, hasta la dimensión social, como el respeto a los Derechos Humanos.

En la tabla anterior se recoge el grado de cumplimiento de cada una de las características del desarrollo por parte de cada modelo. Si bien es una medida realizada de forma subjetiva, se basa en los resultados arrojados objetivamente por los distintos modelos de desarrollo. Así se completa la tabla de puntuaciones, evaluando del 1 al 5 (siendo 1 muy mal, 2 mal, 3 regular, 4 bien y 5 muy bien) la consecución de los distintos objetivos del desarrollo.

Por ejemplo, para puntuar negativamente al modelo predominante en el grado de cumplimiento del respeto al medio ambiente nos basamos en los distintos estudios que objetivamente apuntan a que el modelo actual perjudica gravemente al medio natural. De la misma forma, para establecer una alta puntuación a este modelo en la generación de actividad económica, nos basamos en la experiencia de décadas de aplicación del modelo con altos índices de creación de actividad económica alrededor del mundo. Otras características como la distribución de la riqueza tienen una puntuación menor debido de nuevo a las evidencias científicas que demuestran la acumulación en pocas manos de la mayor parte de la riqueza.

Para los modelos de desarrollo alternativos nos servimos de la experiencia en los estudios de caso analizados, que son representativos de la aplicación general de estos MAD. Por ejemplo el Decrecimiento puntúa de manera regular en la característica de favorecer la cohesión y la igualdad porque este modelo no consigue sus mayores éxitos en este factor, ya que decrecer no conlleva igualar socioeconómicamente a la sociedad. En cambio este modelo sí cosecha éxito en cuanto a la explotación responsable de los recursos, tal y como se demuestra en la experiencia de la comunidad de Los Portales, en Sevilla.

Como podemos observar, los modelos analizados consiguen resultados diferentes según cada dimensión. En términos generales, podemos decir que mientras el modelo predominante actual cosecha grandes éxitos en la dimensión económica (genera actividad económica y riqueza), en la dimensión ecológica tiene mucho que mejorar, ya que no respeta el medio natural. Precisamente, en las variables en las que el modelo actual falla, los MAD consiguen mejores resultados, y viceversa.

Recuperando el esquema que utilizamos en el primer artículo de esta serie para repasar algunas de las características del modelo predominante, a continuación resumimos brevemente cómo los MAD analizados abordan las distintas dimensiones del desarrollo.

DIMENSIÓN TERRITORIAL:

  • Promover el equilibrio territorial: frente a la estrategia de polos de desarrollo y de economías de aglomeración defendida por el modelo vigente, los MAD proponen equilibrar económica y socialmente los territorios, para evitar desequilibrios como los desiertos demográficos o las grandes diferencias económicas entre regiones. Por ello los tres modelos alternativos trabajan “de abajo a arriba”, partiendo siempre la estrategia desde el nivel local.
  • Fortalecer la gobernabilidad y autonomía de los territorios: defendiendo la identidad propia de cada territorio y la dignidad de cada sociedad y comunidad humana, los modelos alternativos analizados coinciden en defender modelos de descentralización para promover el auto-gobierno de los territorios, en la medida que sea posible.
  • Explotar de manera responsable los recursos: los tres modelos defienden que la utilización sostenible de los bienes comunes es un requisito prioritario para asegurar un buen desarrollo del territorio y la sociedad. La máxima de la sostenibilidad es una piedra angular en el proyecto tanto de la Economía del Bien Común, como del Decrecimiento y del Slow Movement.

DIMENSIÓN SOCIAL:

  • Favorecer la igualdad y la cohesión: no puede haber desarrollo sin desarrollo humano, y éste se basa en la igualdad de todas las personas y en el respeto a su dignidad como seres humanos. Por ello en los MAD las personas son lo más importante, y la búsqueda de la igualdad y la cohesión social es una prioridad. Algo que parece haber quedado en un segundo plano en la lógica del modelo actual.
  • Mejorar la calidad de vida: en último término, el desarrollo debe consistir en mejorar la calidad de vida de las personas. Los distintos modelos de desarrollo persiguen este objetivo, y mientras el modelo predominante intenta mejorar las capacidades económicas y materiales de las personas para que aumente su calidad de vida, los MAD entienden que la mentalidad ha de ser la contraria: una sociedad menos materialista, más sobria, más sencilla, en armonía con el medio natural y libre. Esta es la variable de más complicada medida. ¿Qué es la calidad de vida?
  • Respeto a los Derechos Humanos: en este caso es mucho más sencillo valorar el cumplimiento o no de esta característica por parte de los distintos modelos. Existen una serie de Derechos que los MAD respetan y que el modelo vigente viola sistemáticamente. Los modelos alternativos procuran que la ética prevalezca y que las actividades que se desarrollen en dimensiones como la economía, la política o la sociedad sean moralmente éticas.

DIMENSIÓN ECONÓMICA:

  • Generar actividad económica: los tres MAD analizados apuestas por la creación de actividad económica, pero siempre en función de las necesidades de la sociedad. Abogan por un cambio en la mentalidad, y aspiran a que las empresas se guíen por el bien social antes que por el bien económico. Por ello generan menor cantidad de actividad económica que el modelo vigente, que es un modelo de bases ideológicas economicistas.
  • Generar riqueza: los estudios de caso demuestran los diferentes grados de generación de riqueza de los MAD. Por un lado, la EBC consigue crear actividad económica y beneficios para las empresas y municipios que adopten su modelo. Por otro, el Slow Movement y el Decrecimiento renuncian en cierta manera a la necesidad de crear riqueza económica y se basan en la autosuficiencia y en cubrir los gastos, sin preocuparse por conseguir beneficios (sin que esto quiera decir que no los haya).
  • Distribuir la riqueza: en este aspecto los modelos planteados superan las carencias del modelo de desarrollo vigente, ya que tienen en la distribución justa de la riqueza producida uno de sus pilares fundamentales. Si bien es cierto que la cantidad de riqueza a repartir es menor que la producida por el modelo actual predominante.

DIMENSIÓN CULTURAL:

  • Respeto a la multiculturalidad: en el marco de la defensa de un desarrollo ético, para los MAD es imprescindible respetar la cultura, como un bien imprescindible para que un territorio o una sociedad se puedan desarrollar. Bajo esta óptica, la multiculturalidad se ve como un valor añadido y que debe ser respetado con la premisa de que ninguna cultura es superior ni más importante que otra.
  • Defensa de la cultura propia del territorio o sociedad: según la base ideológica de los modelos alternativos, la defensa de la cultura de un territorio o sociedad es necesaria para que ese territorio o sociedad pueda desarrollarse. En este sentido, no se podría hablar de desarrollo si una sociedad progresa perdiendo su cultura propia.
  • Garantizar el acceso universal a la cultura: siguiendo la misma mentalidad, un desarrollo completo es un desarrollo cultural, por lo que el acceso a la cultura por parte de las personas ha de ser universal.

DIMENSIÓN ECOLÓGICA:

  • Desarrollo sostenible en el tiempo: en la dimensión ecológica los tres modelos son mucho mejores que el modelo vigente. Tanto la EBC como el Decrecimiento y el Movimiento Slow son modelos de desarrollo sostenibles, que no sobreexplotan los recursos naturales y que no comprometen las posibilidades de desarrollo de las generaciones futuras.
  • Evitar la contaminación: los tres modelos plantean una reducción en los niveles de contaminación, y marcan este tema como prioritario en su agenda. La EBC apuesta por una transición hacia la economía del conocimiento, superando la etapa industrial (más contaminante), mientras que el Decrecimiento propone una disminución progresiva de la actividad industrial.
  • Respetar el medio natural: especialmente el Slow Movement se propone vivir en comunidad con la Naturaleza, respetándola al máximo e intentando no alterarla de ninguna manera. El Decrecimiento y la EBC también se basan en el respeto al medio natural, y tal y como hemos visto en los casos estudiados, allí donde se han implantado estos modelos el respeto al medio ambiente es uno de los objetivos logrados..

Más allá de la implantación de los MAD en los lugares que hemos estudiado, en términos generales podemos realizar un rápido análisis de estos modelos alternativos mediante una matriz DAFO, en la que se señalen las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas que caracterizan a estas iniciativas.

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Tras haber analizado la Economía del Bien Común, la Teoría del Decrecimiento y el Movimiento Slow y haber repasado los resultados de su aplicación, podemos intentar responder dos preguntas importantes:

  • ¿En qué medida tienen éxito en su aplicación modelos que plantean formas alternativas de desarrollo? Es decir, ¿fructifera o no el desarrollo alternativo?

Sin entrar en el complejo dilema teórico sobre qué es el éxito, podemos sostener que los modelos alternativos consiguen desarrollar sociedades, territorios y dar un nivel de vida digna a las personas, allá donde se están aplicando. Es un tipo de desarrollo fructífero, ya que las sociedades y territorios que lo ponen en práctica no se hunden en la miseria ni pierden calidad de vida (social y ambientalmente).

  • ¿Son estos modelos alternativos exportables a mayores escalas? ¿pueden aplicarse a nivel nacional, regional o incluso global, o por el contrario son iniciativas que sólo pueden tener éxito a nivel local?

La mayoría de los casos donde observamos la aplicación de los MAD (no sólo los casos que hemos presentado en este trabajo) tienen lugar a nivel local. No es casualidad, ya que es mucho más sencillo poner en marcha proyectos alternativos en pequeñas comunidades que hacerlo a gran escala. Es necesario resaltar la necesidad de implementar poco a poco, de abajo a arriba, partiendo desde lo local. Sin embargo, iniciativas como la Economía del Bien Común podrían adoptarse a nivel regional o nacional a largo plazo. Ya hay países que reniegan del modelo de desarrollo actual y que intentan poner en marcha modelos alternativos, como Bolivia o Ecuador, si bien esta afirmación daría pie a una discusión más profunda. En todo caso, la implementación de un modelo de desarrollo alternativo a nivel global va a ser muy difícil teniendo en cuenta las características geopolíticas del mundo actual.

Pero más allá de las dificultades y obstáculos que se encontrarían para plantear un modelo alternativo de desarrollo, lo cierto es que el modelo actual no es sostenible en el tiempo. En algún momento tendremos que plantearnos un cambio en el modelo.

Lo que queda claro tras la continua comparación que durante este trabajo se ha hecho de los MAD con el modelo predominante es que nos encontramos ante dos formas de entender el desarrollo. Por un lado la óptica economicista y por otro la óptica ecológica y humanista. Las prioridades de cada modelo dependerán de la base ideológica y de la óptica con la que se entienda el desarrollo.

Los tres MAD que se han presentado son modelos que apuestan por poner en el centro del desarrollo al ser humano y al medio natural, mientras que el sistema actual se desarrollo bajo un modelo que pone el énfasis en la economía.

Como señalamos en el apartado de Oportunidades de la Tabla 6, para que los MAD tengan éxito se precisa de la colaboración de las esferas política, judicial y económica. No basta con una sociedad concienciada y dispuesta, hace falta un marco estructural que fomente la consecución de un modelo alternativo de desarrollo.

Como dice el profesor Vicenç Navarro, hay que cambiar no solo la distribución de los recursos, sino la forma y tipo de producción. Y para que ello ocurra es fundamental cambiar las relaciones de poder en el mundo de la producción, con la democratización de la producción (que según Navarro es algo distinto a su estatalización), y cambiar el motor ideológico del sistema, de manera que el afán de lucro se sustituya por el afán de servicio a las necesidades humanas.

En este sentido es interesante la propuesta de la Economía del Bien Común de crear un marco legal que fomente y premie las buenas prácticas empresariales. Mediante una política de incentivos se puede conseguir que más empresas se sumen a una economía socialmente más justa y más ética.

Aun así, un cambio en el modelo no ha de ser buscado únicamente en las fábricas o en los despachos. El cambio tiene que ser mucho más profundo, y tiene que darse en el interior de la conciencia de cada persona.

VUELVE A LEER LA SERIE ‘Modelos Alternativos de Desarrollo’ COMPLETA:

Artículo 1: Definición de Desarrollo y críticas al modelo de desarrollo vigente

Artículo 2: La Economía del Bien Común, el Decrecimiento y el Movimiento Slow

Artículo 3: Aplicación de los modelos alternativos

Artículo 4: Análisis de resultados de los modelos alternativos

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