Centro, periferia y centralidad

El estudio de la centralidad encuentra su mejor apoyo en el concepto de las ciudades globales. Como dice Saskia Sassen, de la unión de estas ciudades surge un nuevo espacio mundial, un espacio en el que tiene lugar realmente la globalización y las transacciones y movimientos económicos y comerciales. Es decir, dentro del espacio que forma la red de ciudades globales es donde ocurren todos los procesos importantes, que determinan el devenir del mundo. Es un espacio central, donde se toman las decisiones y se establece el orden mundial (político, económico…).

De forma paralela a este proceso de formación de un espacio central, aparecen espacios periféricos. Aunque pueda parecer una contradicción, la presencia de una periferia depende del concepto de centralidad. La centralidad determina qué espacios van a ser los más importantes y los, en definitiva, centrales. A la vez, esta misma centralidad, determina de forma indirecta una serie de espacios periféricos (aquéllos que no son centrales).

En el mundo actual la globalización de la que tanto se habla no es realmente un proceso global. La globalización no es completa. Se ha polarizado el escenario mundial, de forma que han aparecido claramente dos mundos: el centro y la periferia. Si bien es cierto que la globalización cultural sí que ha llegado a prácticamente todo el mundo (todos conocen las películas de Hollywood o la música de ídolos juveniles mundiales), la globalización del desarrollo económico no ha tenido tanto éxito. Por ello encontramos países muy ricos y países muy pobres.

La polarización que tradicionalmente se ha conocido como la dinámica Norte-Sur, en la cual el Norte era el centro (los países desarrollados, potencias tradicionales) y el Sur era la periferia (países subdesarrollados o en desarrollo, antiguamente colonias de las metrópolis del Centro), ha cambiado sustancialmente con el paso del tiempo. Hoy en día no se puede realizar una diferencia tan clara entre el Norte y el Sur, entre el Centro y la Periferia, ya que países de la Periferia han crecido y se han desarrollado a ritmos muy acelerados desde finales de la década de 1990 y principios del S.XXI. Estos países, conocidos como economías emergentes, ya no se pueden considerar periferia, pero tampoco están lo suficientemente desarrollados para considerarlos dentro del Centro.

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En el siguiente mapa no se hace una distinción «Centro – Emergentes – Periferia», sino la tradicional «Centro-Periferia», apoyada en la dinámica Norte-Sur (coloreados de azul y verde respectivamente). Sin embargo, a través de la localización en el mapa de las ciudades globales, dentro de la Periferia se pueden observar zonas de especial importancia, como el Sudeste Asiático, China, la India o algunos países latinoamericanos.

Estas ciudades globales situadas en la zona Sur eran, hasta hace pocos años, simples megaciudades con problemas de gobernabilidad y descontroladas. Actualmente su estatus ha cambiado radicalmente, y han adquirido peso e importancia en el escenario global. Tal y como dice Saskia Sassen:

«La más poderosa de esas nuevas geografías de la centralidad en el nivel mundial une los más importantes centros financieros y de negocios internacionales: Nueva York, Londres, Tokio, París, Fráncfort, Zúrich, Ámsterdam, Los Ángeles, Sidney, Hong-Kong, Barcelona, entre otros. Pero ahora esa geografía abarca también ciudades como Bangkok, Taipei, Sao Paulo o Ciudad de México. La intensidad de las transacciones entre esas ciudades, en particular mediante los mercados financieros, ha experimentado un marcado aumento.»

Así, aparecen en el mapa nuevos puntos de importancia global que hasta hace diez o veinte años eran desconocidos. Ciudades como Kuala-Lumpur, Manila, Shenzhen, Jakarta, Johannesburgo, o las mencionadas por Saskia Sassen, son hoy en día centros financieros y de negocios, ciudades globales donde se toman decisiones de importancia internacional. Son, en definitiva, lugares centrales, como diría Christaller. Son lugares centrales localizados en la periferia del mundo.

Gracias a la presencia de ciudades globales en ellos, países de esa «antigua periferia» como Indonesia, Brasil, Sudáfrica o la India, están hoy en día muy presentes en el desarrollo de la economía mundial. Respaldados por la ingente cantidad de materias primas que poseen, estos países se apoyan en sus ciudades globales para adquirir una posición importante en el escenario global.

Existen ciudades en el escenario mundial que, a pesar de tener un gran tamaño, no constituyen lugares centrales, sino simples hipertrofias urbanas, donde millones de personas conviven en malas condiciones y con pocos servicios básicos e infraestructuras insuficientes. Para adquirir el rango de global una ciudad no sólo ha de tener un gran tamaño y mucha población. VER: Ciudades globales

En el mapa superior podemos observar, además de los espacios diferenciados del Norte (Europa, Japón, Oceanía, Norteamérica) y del Sur (Sudamérica, África, Asia), un espacio resaltado en color marrón, que abarca un extenso recorrido que ocupa todo el mapa. Este símbolo intenta representar o diferenciar una zona del mundo que se puede considerar como absoluta periferia.

Coincidiendo con las zonas más inhóspitas e imposibles de habitar (Selva del Amazonas, Desierto del Sáhara, desiertos de Asia Central, Siberia…), esta extrema periferia constituye un espacio apartado de los procesos de globalización y de desarrollo económico. El crecimiento de la economía mundial se deja notar en este espacio únicamente para extraer recursos naturales (madera, minerales, petróleo, gas…).

Se ha intentado representar esta zona como ejemplo de espacio destinado a ser periférico. Otros lugares dentro del «Sur», sí pueden escapar del destino de ser periferia, y de hecho lo están consiguiendo: los países BRIC, el Sudeste Asiático… etc. Aun así, incluso dentro de esta «extrema periferia» que hemos representado en el mapa, encontramos lugares, como Asia Central, que pueden intentar adquirir importancia en el escenario mundial.

SABER MÁS: sobre cómo Asia Central intenta ser una región importante, ver artículo Asia Central: región geoestratégica

«En busca de la centralidad». Así se podría llamar la película que narrara la historia de todos los países del mundo. Todos, sin excepción, intentan ocupar un lugar central en el mundo. Los gobiernos de todos los países, año tras año, publican documentos oficiales en los que se presentan como un lugar lleno de oportunidades y posibilidades de negocio. Desde Turkmenistán hasta Uruguay, pasando por Bangladesh o Tanzania, todos los países intentan explotar las ventajas de su localización, para intentar pasar a ser un lugar central, un jugador importante dentro del complicado y dinámico tablero internacional.