A mediados de la década de los setenta los ordenadores Apple I y Apple II eran un éxito de ventas. Todas las empresas querían tener esas computadoras en sus oficinas. El diseñador de estos dos primitivos ordenadores era un joven de 27 años llamado Steve Wozniak, ingeniero de familia polaca. Apple II fue el ordenador más vendido en el mundo entre finales de los setenta y principios de los ochenta, y Wozniak utilizó parte de su millonaria fortuna para poner en marcha un proyecto que tenía que ver con su otra pasión: el rock.
A este famoso ingeniero no sólo le debemos la fundación de Apple, sino también la organización de uno de los festivales más importantes de la historia de la música: el US Festival, que tuvo dos ediciones, en 1982 y 1983.
El festival más grande desde Woodstock
Desde que en Agosto de 1969 el viejo granjero Max Yasgur dejó su granja para que los hippies organizaran el Festival de Woodstock, Estados Unidos no había vivido otro macro-concierto de esas dimensiones. Casi medio millón de personas disfrutaron en aquel verano de la música de Hendrix, Cocker, Jefferson Airplane y compañía. No se volvió a ver tal aglomeración de gente dispuesta a pasarlo bien hasta que Steve Wozniak pensó en un evento que combinara lo último en tecnología y lo mejor de la escena musical del momento.
El sitio elegido fue un pequeño espacio verde entre las montañas cerca de San Bernardino, California. Era un lugar alejado del ruido de Los Ángeles, y tenía dos pequeños lagos junto al escenario. La explanada de hierba se extendía hasta las colinas. Perfecto para pasar tres días disfrutando de la música y durmiendo en tiendas de campaña.
Lo cierto es que Steve Wozniak no reparó en gastos. En las 500 hectáreas que ocupó el festival había un hospital de campaña, un camping, un helipuerto, baños, teléfonos públicos, establecimientos de comida rápida y bebidas, duchas gratuitas al aire libre… Además los artistas invitados cobraron importantes cantidades de dinero. Ha trascendido por ejemplo que David Bowie cobró un millón de dólares por actuar, y que el grupo Van Halen, al enterarse de este dato, pidió 1,5 millones. Los cobraron y se convirtieron en el grupo mejor pagado de la historia por una sola actuación.
Los carteles de ambas ediciones hicieron del festival uno de los mejores de la historia. Si en 1982 acudieron super-estrellas como The Police, Fleetwood Mac, Ramones, Santana, Eddie Money o Tom Petty, en la segunda edición de 1983 el cartel incluyó a nombres como The Clash, Scorpions, Men at Work, David Bowie, Judas Priest, U2, Van Halen, Ozzy Osbourne o The Pretenders. Impresionante esfuerzo de los organizadores para conseguir traer a tantos grupos de éxito, si bien hay que recordar que entre los promotores estaba el famoso Bill Graham, mítico empresario del mundo de la música.
El 3 de Septiembre de 1982 comenzó la fiesta. 425.000 personas llegaron a San Bernardino desde todos los rincones del país y llenaron la explanada que les había preparado Steve Wozniak. Durante tres días ese emplazamiento entre las montañas iba a ser el corazón latiente de California. Empezaba el US Festival.
El primer día los Ramones hicieron sonar sus guitarras con temazos como ‘Blitzkrieg Bop’ o ‘I Wanna Be Sedated’. Del punk rock se pasó al post-punk de la new wave con los Talking Heads. Los encargados de cerrar la jornada fueron The Police, grupo también de la new wave post-punk formado tan sólo cinco años antes, en 1977, y que ya había publicado sus mayores éxitos en álbumes como Outlandos d’Amour (1978), Reggatta de Blanc (1979) y Zenyattà Mondatta (1980). Sting y los suyos tocaron veinte temas, terminando con ‘So Lonely’.

El día 4 de Septiembre se cambió de sonidos, y los teclados y sintetizadores dejaron paso al rock más puro. El escenario vio cómo Eddie Money, Santana y The Kinks hacían disfrutar al público. El cabeza de cartel de esta segunda jornada fue Tom Petty, acompañado de sus inseparables Heartbreakers, banda de culto para los amantes del heartland rock.
El último día después de 48 frenéticas horas de música todavía quedaba mucho que escuchar. Los Grateful Dead, famosos desde el lejano 1965, sólo eran el primer plato para terminar con uno de los grupos más exitosos del momento: Fleetwood Mac. El gran grupo del mítico batería Mick Fleetwood tuvo el honor de dar el cierre al US Festival 1982, y lo hicieron con un gran concierto en el que sonaron prácticamente todos sus temazos: ‘Dreams’, ‘Don’t Stop’, ‘Rihannon’, ‘Gypsy’, ‘Songbird’, ‘Landslide’, ‘Go Your Own Way’, ‘The Chain’, ‘Tusk’… Fleetwood Mac se había hecho mundialmente famoso con su álbum Rumours de 1977, uno de los más vendidos de la historia, y su lista de éxitos era interminable.
Terminaba así la primera edición del US Festival (por cierto, pronunciado como el pronombre «us» (nosotros) no como las siglas «U.S.» (United States)), que había sido todo un fenómeno cultural para la generación de jóvenes de finales de los setenta y principios de los ochenta. Más tarde se diría del US Festival que fue «el mayor evento cultural de la década».
Sin embargo no todo había sido positivo. Si este festival es efectivamente uno de los más importantes que se han hecho, ¿por qué apenas hay recuerdos de él? Todo el mundo conoce Woodstock 1969 o el Live Aid 1985, pero el US Festival parece haber caído en el olvido. ¿Por qué?
Lo cierto es que si se recuerda por algo es por haber sido uno de los mayores fracasos económicos de la historia de la música. En la edición de 1982 Steve Wozniak perdió 12 millones de dólares. Y aunque los promotores habían dicho en muchas ocasiones que el dinero no era un problema, verdaderamente fue duro aceptar que tal despliegue de medios y de presupuesto y un cartel tan completo y de calidad no había conseguido reportar beneficios.
Además del balance económico final, también es cierto que esos primeros días de Septiembre de 1982 fueron especialmente calurosos. La media durante las tres jornadas fue de 40ºC, y alrededor de dos mil personas tuvieron que ser atendidas por los servicios sanitarios (muchos de ellos por consumo de drogas). A lo largo del festival hubo más de 100 arrestos, 35 sobredosis y hasta un asesinato. Otra persona murió atropellada.
US Festival 1983: más grande todavía
A Steve Wozniak le sobraban dos cosas: ganas y dinero. Tras la experiencia del US Festival 1982 el millonario informático seguía en su empeño de organizar el mayor festival de la Costa Oeste. Quería que fuera algo estable y anual, una empresa ambiciosa y complicada de llevar a cabo. En cualquier caso al año siguiente volvió a desembolsar millones para levantar de nuevo el escenario y llamar a los mayores artistas del momento.
«I just wanted to throw one big party in the middle of nowhere» dijo Wozniak. Y lo consiguió. Regresó a aquella explanada escondida entre las montañas de San Bernardino y consiguió el teléfono de los mejores grupos: The Clash, Van Halen, Scorpions, David Bowie, U2… La buena música estaba asegurada.
Con el empujón de la edición anterior, al US Festival 1983 acudieron más de 650.000 personas. Todo un acontecimiento. El cartel de este año era todavía mejor, y había sido pensado de manera muy inteligente de forma que cada día estaba dedicado a un género (el Día de la New Wave, el Día del Heavy Metal, el Día del Rock y el Día del Country).
En la edición de 1983 el festival duró tres días seguidos, de sábado a lunes aprovechando la festividad del Memorial Day, aunque hubo un cuarto día de música el sábado siguiente, si bien este día quedó algo relegado y olvidado, y no apareció luego en el merchandising del festival. Este cuarto día fue de música country, y acudieron importantes artistas del género como Willie Nelson, Waylon Jennings (quienes más tarde se unirían en el supergrupo de los Highwaymen) o Emmylou Harris.
El primer plato fuerte del festival fue el grupo australiano Men at Work, que en ese mismo año 1983 había conseguido el Grammy a Mejor Nuevo Artista. La jornada inaugural se cerró por todo lo alto con el sonido de The Clash, mítica banda de punk británica (que se disolvería tan sólo tres años después). En el siguiente video vemos un fragmento de su actuación en el US Festival, tocando su famosa ‘Should I Stay Or Should I Go’.
El Día del Heavy Metal fue, en palabras de Vince Neil, vocalista de Mötley Crüe, «el día en el que murió el new wave y el rock and roll se alzó con el triunfo». Varios analistas también apoyaron esta tesis. Chad Childers escribía en Loudwire: «Metal’s roots may have come from the late ’60s and ’70s, but it can be argued that the genre’s real coming out party happened May 29, 1983 at the US Festival in San Bernardino, Calif. The music weekend offered a wide array of musical options, with each day catered to a specific sound, but it was the Heavy Metal Day on May 29, 1983, that showed just how popular that metal had become». Ese día los rockeros demostraron que durante los ochenta habría una dura batalla entre el synth-pop y el rock por conquistar los primeros puestos de las listas musicales.
Lo cierto es que el US Festival 1983 se convirtió en un hito para el género del heavy metal. Un cartel que reunía a Van Halen, Scorpions, Judas Priest, Ozzy Osbourne, Triumph, Mötley Crüe y Quiet Riot no se volvería a ver jamás en ningún festival de rock duro. Era la primera vez que se escuchaba tanto heavy junto.

El tercer día estuvo dedicado al rock, y sonaron artistas como The Pretenders, que todavía no eran tan famosos como llegarían a serlo durante la década de los ochenta y noventa, Stevie Nicks, cantante de Fleetwood Mac, que repitió algunos de los éxitos que ya había cantado en el US Festival 1982, Joe Walsh, guitarrista de los Eagles, o Los Lobos, que aun no habían grabado su famosísima versión de ‘La Bamba’.
Pero los verdaderos protagonistas del Día del Rock fueron sin duda la ya leyenda David Bowie y los amateurs U2. La banda irlandesa comenzaba su estrellato internacional, habiendo publicado su álbum War ese mismo año, que contenía los éxitos ‘Sunday Bloody Sunday’ y ‘New Year’s Day’, mientras que Bowie llevaba dos décadas de producción musical. Había sido una estrella durante los setenta, y llegó al US Festival dispuesto a iniciar una nueva etapa pop. Cantó éxitos de la década pasada como ‘Life on Mars’, ‘Heroes’ o ‘Space Oddity’, pero también números uno de los ochenta, como ‘Ashes to Ashes’.
El festival terminó con David Bowie el día lunes 30 de Mayo. El resto de la semana no era festivo, y los asistentes tenían una cita el siguiente sábado para disfrutar del Día del Country. No sabemos cuánta gente acudió en esta cuarta fecha, tan apartada en el calendario, pero lo que sí es un hecho es la calidad del cartel: Waylon Jennings, legendario cantante de los sesenta y setenta, Emmylou Harris, ganadora de una interminable lista de Premios Grammy, el grupo Alabama, de mucho éxito durante los setenta… y por último el cabeza de cartel: Willie Nelson, que llevaba desde 1956 componiendo canciones.
Reunir a más de 600.000 personas en un lugar perdido en medio del desierto no es sencillo. Además de proveerles de bebida, de baños, de duchas, de comida y de atención sanitaria, hay que tratar de controlar aspectos relacionados con la seguridad. Y no es fácil. En la segunda edición del US Festival dos personas fueron asesinadas. Como curiosidad se pueden recuperar las noticias de los hechos tal y como las dio el New York Times a través de este enlace y de este otro.
Wozniak volvió a sufrir importantes pérdidas que superaron de nuevo los doce millones de dólares, y aunque «el dinero no era un problema» este segundo fracaso fue definitivo: decidió no volver a organizar más ediciones del US Festival. Con el paso de los años, sin embargo, Steve Wozniak llegó a decir que el US Festival fue «la mejor inversión de su vida».
Para muchos autores y analistas esta serie de festivales fueron determinantes y muy influyentes sobre la juventud de la época, y hay quien ya habla de la ‘Generación US’ para referirse a los nacidos en la década de los sesenta y que acompañaron sus juventudes con la música de la new wave ochentera, el punk rock y el heavy metal.
Más allá de la trascendencia que pudiera o no tener este gran y breve festival, lo cierto es que para la historia queda uno de los mejores carteles que se han visto nunca. Pocos eventos musicales han conseguido reunir a tantos artistas de éxito. Al US Festival acudió lo mejor de cada año.
La historia de este festival maldito no debe caer en el olvido. Recuperar sus recuerdos e imaginar las sensaciones que despertó es una forma más de disfrutarlo. Sin duda los amantes del rock le debemos mucho a Steve Wozniak, un auténtico genio de la informática y un verdadero amante de la música.