Analizando varias clasificaciones de los mejores pintores de la historia, comprobamos que en la mayoría aparece Pablo Picasso como el más importante de todos los tiempos. Este malagueño universal cambió el curso del arte a nivel global. A partir de su obra la pintura ya nunca volvería a ser como antes.
Nacido en 1881, pasó la mayor parte de su vida en Francia, donde produjo una ingente cantidad de piezas y transitó por distintos estilos, ayudando a crear nuevas corrientes pictóricas. Reconocido por el cubismo, fue también maestro del surrealismo y el expresionismo. Al final de su vida había realizado 1.885 pinturas, 7.089 dibujos, 342 tapices, 30.000 grabados y litografías, 150 cuadernos de bocetos, 1.228 esculturas y 2.880 cerámicas. Murió en 1973, tras una larga vida en la que fue nombrado Director del Museo del Prado (1935), Premio Internacional de la Paz (1955), miembro del Partido Comunista Francés (1944) y Premio Lenin de la Paz (1962). Se hizo millonario en vida con la venta de sus obras y es el artista con más cuadros en el ranking de pinturas más caras jamás vendidas. Un genio reconocido tanto por el gran público como por la crítica especializada. A menudo nombrado como el artista más importante e influyente del siglo XX, en este artículo nos disponemos a repasar la obra de Pablo Picasso.
Para ello nos servimos de la clasificación habitual que los críticos hacen de su trayectoria. En un primer momento se diferencian sus cuadros por colores (Periodo Azul, Periodo Rosa, Periodo Negro) y luego se pasan a distinguir distintas corrientes bien definidas: Cubismo, Clasicismo, Surrealismo y Expresionismo. Finalmente, en su vejez, Picasso tuvo su llamado ‘Periodo Vallauris’, en el que se dedicó a realizar esculturas y cerámicas, y una etapa final de revisión de autores clásicos, en la que realizó interesantes versiones de obras de Velázquez o Delacroix.
Como podremos comprobar, Picasso fue un innovador incansable. Su continuo proceso de renovación hace complicado determinar una constante. Todo lo contrario: es fácil identificar los cambios y las rupturas. Además, el paso de una fase a otra no implica que el autor deje encerrados estilos, sino que se toma la libertad de seguir abordándolos aun habiéndolos superado. De esta manera podemos encontrar cuadros cubistas en la etapa expresionista o mezclas entre el surrealismo y el cubismo. Lo que realmente caracteriza a Picasso es su búsqueda imparable de la libertad.
Periodo Azul (1901-1904)
Tras pasar por su denominada ‘Etapa de aprendizaje’ entre 1896 (con quince años realizó su primer gran lienzo, La primera comunión) y 1901, comenzó el conocido Periodo Azul. Cumplidos los veinte años, Picasso recibió la noticia de que su amigo Carles Casagemas se había suicidado. Esto fue un shock para el joven pintor, que quedó muy afectado. Durante una serie de años (1901-1904) los cuadros de Picasso transmitían una tristeza representada a través del tono azul.
Personas alargadas y con la cabeza agachada, mendigos, enfermos, ciegos… personajes aislados en un entorno frío, con fondos desnudos y vacíos. Son protagonistas que se encuentran perdidos y que languidecen. Una de sus obras más famosas de esta etapa es El viejo guitarrista ciego, de 1903.
Quizás el Periodo Azul sea la etapa más aplaudida de la producción artística de Picasso, después del cubismo. Los cuadros de esta fase son melancólicos y retratan de alguna manera las condiciones de vida de las clases marginadas de Barcelona y París a principios del siglo XX, ciudades en las que residió durante esta etapa. Se considera La comida frugal (1904) como obra final del Periodo Azul.
Periodo Rosa (1904-1907)
Instalarse en el barrio de Montmartre hizo que Picasso entrara en contacto con un ambiente de circo: juglares, arlequines, saltimbanquis, acróbatas, payasos, comediantes, pintores, cómicos, artistas, actores, poetas, escritores… un entorno de explosión cultural, un espacio bohemio que le inspiró en su segunda etapa: el Periodo Rosa. A la cultura se le sumaba el bullicio de la ciudad, un París lleno de bares abarrotados, teatros, ajetreo, comercios abiertos por la mañana, gente paseando, terrazas… Sus cuadros adoptaron un tono pastel, con colores más cálidos, y los protagonistas pasaron a ser esos personajes del circo. Sin embargo seguía existiendo cierto trasfondo amargo en sus rostros.
Más allá del cambio en la paleta de colores, Picasso evoluciona de las formas angulosas y escuálidas a otras más graciosas y llenas. Aun así, los rostros expresan una indiferencia sosegada. Hay que recordar que este tipo de personajes se venden como alegres, pero llevan vidas empobrecidas y sacrificadas. Algunos cuadros, aun con colores cálidos, reflejan inquietudes existencialistas.
Periodo Negro (1907-1909)
También conocido como el periodo de la influencia africana, el Periodo Negro (1907-1909) es una fase de transición hacia el cubismo. Durante esta breve etapa Picasso se va desvinculando progresivamente de lo establecido en el arte y crea una nueva corriente. Antes de llegar al cubismo pleno, encontramos un predominio de colores grises y oscuros en varias obras.
Influenciado por el arte ibérico y el arte africano, Picasso comienza a crear rostros geométricos que se alargan. Los vemos en Tres mujeres (1908) o en Las señoritas de Avignon (1907), cuadro con el que se manifiesta por primera vez de manera muy evidente el cubismo y con el que Picasso comienza a investigar nuevas técnicas y modos de crear arte.
El Periodo Negro se conoce también como protocubismo, ya que aparecen los característicos trazos angulosos, los planos angulares sin fondo ni perspectiva y las caras con apariencia de máscara.
Cubismo (1909-1919)
La ruptura total con la pintura que había existido hasta Picasso llega con el cubismo, corriente desarrollada por el propio malagueño junto con George Braque. El cubismo trata la naturaleza a través de formas geométricas, esquematizando la realidad, simplificándola y a la vez dotándole de expresividad. Es una aproximación intelectual hacia el mundo que rodea al artista, que debe buscar la pureza en la pintura. Se distinguen varios tipos o fases dentro del cubismo, un estilo que desapareció con el estallido de la Primera Guerra Mundial, pero que influenció enormemente a los artistas que vendrían en el futuro.
Durante los primeros años el cubismo fue analítico, entre 1909 y 1911, presentando obras en las que Picasso analizaba exhaustivamente el objeto dibujado, descomponiéndolo en varios planos y planteando distintos puntos de vista. Un ejemplo de este cubismo lo vemos en Paisaje con dos figuras (1908).
Una segunda y breve vertiente del cubismo fue el cubismo hermético, que surge entre 1911 y 1912 por el interés de Picasso en añadir el mayor número posible de planos, como se observa en El Poeta (1911), que presenta una abstracción casi completa. Algunos analistas dicen incluso que Picasso quiso incorporar el tiempo como una nueva dimensión en el lienzo. También fue el momento de inclusión del collage en los cuadros, una innovación que pretendía recuperar el color y mejorar la legibilidad de las obras.
El cubismo sintético suele situarse entre 1912 y 1919, un periodo en el que Picasso da más color y claridad a sus pinturas. Algunos han querido ver en este cambio un giro que hace de las obras piezas más decorativas que conceptuales, como vemos en La bouteille de Bass (1914). Durante la fase del cubismo sintético el movimiento cubista dio la bienvenida a nuevos autores, que dotaron de heterogeneidad a esta corriente (Duchamp, Leger…).
Finalmente, el cubismo cristal tuvo éxito entre 1917 y 1920, planteando lienzos con grandes planos geométricos y un espíritu minimalista. Juan Gris fue uno de los autores más destacados de esta corriente.
Neoclasicismo (1917-1927)
Tras haber superado sus fases de colores (azul, rosa, negro) y haber regalado al mundo del arte el cubismo, Picasso sufre una de sus revoluciones personales y cambia radicalmente de estilo. Durante los Felices Años 20 el autor se deja llevar por las curvas del ballet ruso y frecuenta ambientes de la alta sociedad. Ha terminado la Gran Guerra y Picasso vive un momento feliz que los críticos han llamado su periodo neoclásico.
En el neoclasicismo de Picasso encontramos ambientes familiares, cálidos, que transmiten paz y tranquilidad. En 1921 nace su hijo Paul, y le inspira para realizar varios lienzos. En esta etapa pinta incluso telones para el teatro. También tiene una serie de curiosas obras como La siesta, Dos mujeres corriendo por la playa o Mujer e hijo a orillas del mar que presentan evidentes y sorprendentes rasgos de un gigantismo nunca antes visto. Una muestra más de la versatilidad y el ingenio de Picasso.
Etapa surrealista (1925-1935)
Picasso siempre se declaró no surrealista. El movimiento surrealista, sin embargo, le cortejó continuamente, y le adoptó mencionándole continuamente en las revistas y escritos teóricos (André Breton no dejaba de referenciar su obra como pieza clave para entender la corriente surrealista). Los surrealistas estaban muy de moda en la segunda mitad de los años veinte, y Picasso, aunque siempre quiso mantener su independencia, realizó algunas obras que se enmarcan en este estilo. Normalmente se aprecia el inicio de la etapa surrealista de Picasso en La danza (1925).
Influenciado por las obras de Joan Miró y Salvador Dalí, y leyendo los escritos de André Breton, Picasso aborda nuevas formas de expresarse a través de elementos surrealistas: aparecen monstruos, figuras sin sentido (aparente), el mundo de los sueños… metáforas plásticas para transmitir el sufrimiento y el temor.
El mundo de hoy no tiene sentido, así que por qué debería pintar cuadros que lo tuvieran – Pablo PicassoDefinido el surrealismo por el propio Breton como un «dictado real del pensamiento sin la intervención reguladora de la razón y ajeno a toda preocupación estética o moral», las obras del Picasso surrealista muestran ese mundo onírico y sin aparente estética, como se aprecia en Mujer sentada al borde del mar (1930).Expresionismo (1937-1947)
Atando el destino de su obra al devenir del mundo, Picasso sufre cambios al tiempo que éstos se producen en el escenario internacional. En tiempos de guerra pinta deprimido, en tiempos de paz dibuja cálidas escenas. Como un tornado llegó su periodo expresionista, profundamente golpeado por la sangrienta Guerra Civil Española, por el auge del fascismo en Europa y por la Segunda Guerra Mundial.
El expresionismo de Picasso está evidentemente influenciado por su propio cubismo, pero en esta etapa son pinturas que transmiten con fuerza sentimientos y expresan dramáticamente situaciones de dolor. Un buen ejemplo de esta fase expresionista lo encontramos en La mujer llorando (1937).
El cambio en los temas (angustiosos, tristes, relacionados con la guerra y el sufrimiento) no es la única característica del expresionismo de Picasso. Habrá también una fractura en la gama cromática, apareciendo colores oscuros y sombríos. El cambio en la forma lo percibimos en obras como Naturaleza muerta con cráneo de toro (1942) y el cambio en el fondo se aprecia en el desgarrador Gato devorando a pájaro (1939). Pero sin duda la pintura más famosa de esta etapa es el Guernica (1937), que a la postre se convertiría en su obra más reconocida internacionalmente. Todo un símbolo anti-bélico que elevó a Picasso como icono del pacifismo mundial.
Periodo Vallauris (1947-1954)
Con sesenta años y después de haber vivido una larga carrera llena de cambios e innovaciones, y con el escenario internacional más calmado, Picasso entra en su llamado ‘Periodo Vallauris’, una etapa de su vida en la que se dedicó a diseñar platos y cerámicas mientras disfrutaba de su retiro en la Costa Azul.
Abandonó la pintura durante varios años y abordó la escultura y el trabajo sobre arcilla con mucho interés. En el periodo que va de 1947 a 1954 realizó más de 600 piezas.
Rodeado del azul del Mar Mediterráneo y de la tranquilidad del mundo rural, Picasso se deja inspirar por los pájaros y por la luz. En esta etapa nacen otros dos hijos: Claudio y Paloma. Los temas que trata en sus cerámicas y esculturas son familiares y de ocio. Vuelven a aparecer elementos del circo, y también un especial interés en la tauromaquia.
Última etapa (1954-1973)
Un anciano Pablo Picasso que definitivamente se ha instalado en ese rincón del mundo tan tranquilo como es la Costa Azul descansa en su estudio repasando las obras de los autores clásicos. Se rodea de Rafael, Velázquez, Delacroix, Manet, Goya… y realiza versiones de sus lienzos más famosos.
En esta revisión de los clásicos, Picasso produjo interesante material. Ejemplo de ello es la serie de estudios sobre Las Meninas, del que realizó más de 50 versiones. Las re-interpretaciones que hizo Picasso estaban influenciadas por el cubismo que él mismo había fundado, y suponen un broche de oro a su carrera.
Pablo Ruiz Picasso murió en 1973 en el pueblo de Mougins, a los 91 años. Había sido el pintor más famoso del mundo, el artista más influyente del siglo, y nos había dejado una obra irrepetible y fascinante. Una obra en continuo cambio, en la que buscó siempre la innovación. Llevó la pintura a extremos que ningún otro artista había imaginado, y nos regaló una nueva forma de ver la realidad.
El arte es la mentira que nos permite comprender la verdad – Pablo Picasso