El 13 de Septiembre de 1923 Primo de Rivera dio un golpe de Estado. La sensación de desgobierno, la expansión del movimiento obrero (los sindicatos), la conflictividad social y el desastre de Annual hicieron que el golpe apenas tuviera oposición. El rey, los partidos dinásticos y los republicanos apoyaron a Primo, y PSOE y UGT se mantuvieron a la expectativa. Únicamente los anarquistas y comunistas se declararon contrarios a la dictadura, pero no tuvieron apoyo popular.
Primo de Rivera llegó al poder y anunció que la dictadura iba a ser una simple etapa de transición, cuando se hubiera restablecido el orden y el sistema fuera estable, él se retiraría. Se atribuyó, por decirlo así, el papel de salvador de España. El 15 de Septiembre Alfonso XIII encargó a Primo la formación de gobierno, así comenzó la primera etapa de la dictadura: El Directorio Militar, de 1923 a 1925. Durante el Directorio Militar se proclamó el estado de guerra, se censuró la libertad de prensa, se prohibieron los partidos políticos, así como los sindicatos, se declaró ilegal el movimiento nacionalista y se impuso el orden público con duras medidas represivas. Se crearon milicias para mantener el orden por las calles.
En un intento de alejarse del precario sistema de la Restauración, se intentó modificar el sistema administrativo eliminando el caciquismo, pero, lejos de desaparecer, éste fenómeno simplemente cambió de forma. Ahora los caciques se encargaban de perseguir a todos aquellos contrarios al régimen de Primo. En Cataluña los ayuntamientos cayeron en manos de personajes afines la dictadura, lo que favoreció un nacionalismo más radical. En cuanto a la cuestión de Marruecos, Primo, consciente de la impopularidad de la guerra, era partidario de una solución pacífica. En un primer momento se intentó negociar con Abd-el-Krim, pero ante los continuados ataques de los rifeños, los gobiernos de España y Francia decidieron cooperar para acabar de una vez por todas con los rebeldes. El desembarco de Alhucemas dio una importante victoria a las tropas españolas, y obligó a rendirse a Abd-el-Krim.
1923-1930-Primo-de-Rivera.
En 1925, una vez establecidas las bases del régimen y llegado hasta un punto de estabilidad social el Directorio Militar pasó a un Directorio Civil, durante el cual se intentó, sin éxito, institucionalizar el régimen dictatorial. Primo creó un gran partido de derechas, Unión Patriótica, y se puso en marcha una especie de Parlamento con la Asamblea Nacional Consultiva, cuya tarea iba a ser la de elaborar una nueva constitución. Pero todo acabó en nada, ya que dos tercios de los miembros de dicha asamblea habían sido elegidos por el propio Primo, así que en definitiva era todo un teatro.
En cuanto a política económica, el régimen de Primo se benefició de la coyuntura expansiva de los años veinte. Se caracterizó por el intervencionismo estatal, para regular y potenciar la industria nacional mediante la concesión de ayudas a las grandes empresas y el aumento del gasto público. Se crearon grandes monopolios estatales, como CAMPSA o la Compañía Telefónica Nacional de España. El fomento de obras públicas dio trabajo a miles de personas, se construyeron puertos, carreteras, ferrocarriles, embalses… se extendió la red eléctrica hasta la zona rural y se construyeron 10.000k de carreteras. La escasa conflictividad social del periodo de la dictadura se explica en parte por la represión que hubo, pero también por el desarrollo de una amplia política social: construcción de viviendas baratas, creación de escuelas, mejora del sistema sanitario…
Pero a partir de 1926 la dictadura empezó a perder apoyos. Una de las causas fue el problema militar. Primo de Rivera llevó a cabo algunas reformas en el ejército que no gustaron a todos, por ejemplo, la modificación del sistema de ascensos: ya no era por antigüedad, sino por méritos de guerra. Eso puso a una parte del ejército en su contra. Los dirigentes de los partidos de turno y los republicanos vieron que la situación era la perfecta para intentar derrocar a Primo, y lo intentaron mediante la conspiración civil y el pronunciamiento militar. Otro frente opositor fue el de los intelectuales y periodistas, que movilizaron a jóvenes y estudiantes en manifestaciones callejeras. Así pues, ahora eran más bien pocos los que apoyaban la dictadura. Primo de Rivera, consciente de la situación, presentó su dimisión en 1930.
Dictablandas:
Entonces Alfonso XIII encargó la formación de gobierno al general Berenguer, con el fin de volver a la normalidad, pero, aun con todas las reformas que se hicieron para contentar a la sociedad, el republicanismo creció y el ambiente se llenó de un aire anti-monárquico. Los republicanos, nacionalistas y socialistas acordaron el Pacto de San Sebastián, por el cual se comprometían a proclamar una República. Berenguer dimitió al saber que los republicanos y los socialistas no iban a participar en las elecciones. El almirante Aznar tomó la presidencia del gobierno, pero no hizo mucho más que convocar elecciones. Los republicanos y socialistas decidieron acudir a esas elecciones en coalición, y ganaron las elecciones de forma aplastante. Estaba claro que la sociedad no quería la monarquía. La república se proclamó el 14 de Abril de 1931.