China es un país gigante, de dimensiones continentales. No es de extrañar pues que a lo largo de su enorme territorio encontremos una geografía muy variada, desde densos bosques hasta vastos desiertos, pasando por ricos arrozales y altas montañas nevadas. En esta ocasión nos detenemos en un rincón de la provincia de Gansu, al noroeste del país, para conocer de cerca el curioso Parque Geológico Nacional Zhangye Danxia, que ocupa una pequeña superficie de 500 metros cuadrados.
Establecido como Parque Nacional en el año 2011, esta reserva geológica sorprende a los visitantes por sus arenas de colores, que cubren las montañas formando un curioso arcoíris. Por un capricho de la geología, diferentes minerales y materiales se juntaron para pintar un lienzo que han tardado millones de años en completar. El resultado es maravilloso.
Las redondeadas montañas de Qilian, en mitad del Parque, aparecen tras el sendero cubiertas con polvos mágicos. Sería la explicación más rápida que encontrarían los turistas antes de empezar a fotografiar esos tonos azules, verdes, amarillos y rojos. Sin embargo no es magia, sino ciencia, lo que esconden estas bellas estampas que luego se viralizarían en Instagram. La clave está en la diferente acumulación de sedimentos arcillosos a lo largo del tiempo. Estos sedimentos de origen lacustre, fluvial y marino (hace unos 24 millones de años una gran masa de agua cubría la zona) fueron formando capas, que hoy se diferencian claramente a través de los colores y el tamaño de los granos.
Los sedimentos adquirieron color por un proceso de oxidación de los minerales, a causa de la humedad y la erosión. En función del tipo de material, la tierra acaba pintándose de un color u otro. Por ejemplo, las areniscas ricas en minerales sulfurados dan lugar a las zonas amarillas, la caliza forma parte de los sedimentos blancos, las argilitas dan un toque rojizo, y el óxido de cobre otorga el color verdoso.
La reserva geológica de Zhangye Danxia fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2010. El término danxia sirve en China para denominar a los paisajes caracterizados por tonalidades rojizas. Normalmente coinciden con ser paisajes escarpados, con una geomorfología de barrancos, valles, cascadas y acantilados. Estas formaciones son fruto de fuerzas geológicas relacionadas con la tectónica terrestre, pero luego son moldeadas por la erosión climática. En el caso del Parque Nacional Zhangye Danxia, sus montañas se formaron por el movimiento de la placa india, y luego se suavizaron tras millones de años de lluvia y aire.
El camino entre las montañas de Qilian era atravesado por los comerciantes que recorrían la Ruta de la Seda. Podemos imaginarles recogiendo muestras de esos polvos de colores para tratar de venderlos en los mercados europeos como productos mágicos.
Otro ejemplo de esta coloración de la tierra lo encontramos en el monte Vinicunca, en Perú, a más de 5.000 metros de altura. Aunque este espacio está sufriendo los problemas de la explotación minera y de una creciente masificación turística (pese a dificultad de llegar hasta su colorida ladera), Vinicunca sigue siendo uno de los tesoros escondidos en Perú.
La coloración de la arena y su aparición en capas superpuestas, formando verdaderos arcoíris, es una muestra más de lo caprichosa y mágica que es la Naturaleza, tal y como comprobamos en un post anterior sobre la timidez botánica, un sorprendente comportamiento de los árboles, que evitan tocarse entre sí.