Para comprender cómo funciona el mundo es muy útil imaginar un tablero de ajedrez. Elementos como los bandos, las fichas, el avance, la eliminación de piezas enemigas y la estrategia son comunes tanto en el juego del ajedrez como en el juego de la geopolítica. Quizás no deberíamos hablar de «juego» cuando tratemos un tema tan serio como las relaciones internacionales, pero ciertamente su funcionamiento puede ser analizado de manera muy eficaz mediante este tipo de símiles.

En una partida de ajedrez el objetivo es conquistar el tablero entero, eliminar todas las fichas del oponente. Esto se consigue realizando movimientos pensados estratégicamente, que ayuden a conseguir los objetivos planteados. En una partida de ajedrez, además, hay fichas de distinta importancia y poder: no es lo mismo una torre o una reina que un simple peón. Esto también lo vemos en las relaciones internacionales.

Durante este artículo vamos a proponer una partida entre dos bloques de países. Aunque es cierto que encontrarse dentro de un bloque no impide mantener algunas buenas relaciones con países del otro bloque, en términos generales podremos aceptar que estos dos bloques que hemos diferenciado son, efectivamente, dos oponentes. Esto se podría definir en términos de intereses geopolíticos, modelos políticos y económicos, pasado histórico… pero necesitaríamos otro artículo para ahondar en estas diferencias.

Bajo la denominación ‘Bloque occidental’ encontramos una serie de países que, de nuevo en términos generales, comparten unas mismas características como la economía de mercado, el sistema político de democracias liberales, la cooperación militar… etc. En el Bloque occidental encontramos a grandes potencias económicas como Alemania o Japón y a potencias militares como Reino Unido o Estados Unidos. También a otras fichas de menor importancia como Italia, Canadá, Australia, Bélgica, España… etc. Se puede destacar a Estados Unidos como el rey -o pieza más importante- de este bloque.

El bloque con intereses opuestos es el ‘Bloque emergente’, al que hemos llamado así por la cualidad de que muchos de ellos son potencias que hace unas décadas tenían mucho menos poder: han emergido desde la Periferia del mundo para ocupar un lugar central en la toma de decisiones a nivel global. Nuevas potencias como India, China o Irán forman parte de este lado del tablero. En el bloque emergente encontramos democracias mucho más frágiles y de menor calidad, así como un impresionante despliegue militar. El rey de este grupo es Rusia, que extiende su influencia política hacia todas las fichas que le rodean y tiene peones como Bielorrusia.

A continuación analizamos los movimientos que se han dado recientemente en el tablero global, tratando de entenderlos desde la óptica del realismo y la lucha de poder. Ningún movimiento se realiza de manera inocente: todos persiguen un objetivo.

Capítulo 1. Piezas sobre el tablero global

A mediados de diciembre de 2018 tuvieron lugar dos movimientos importantes en el tablero: el 18 de diciembre surge la noticia de que Rusia está negociando con Venezuela construir una base militar en el país sudamericano, y el 19 de diciembre Estados Unidos retira sus tropas de Siria y da por concluida la campaña militar en el país.

Estos dos movimientos son trascendentales, y suponen dos victorias para el Bloque emergente. Con estos dos movimientos, el Bloque occidental da por perdida la casilla de Siria -una de las casillas más importantes del tablero- y el Bloque emergente trata de colocarse con fuerza en la casilla de Venezuela -otra de las casillas clave de esta partida de ajedrez.

Precisamente la casilla de Venezuela se convierte en campo de lucha entre los dos bloques inmediatamente después de los movimientos de diciembre. No se sabe con certeza si Rusia pretende realmente construir una base militar en Venezuela, pero el simple rumor es suficiente para motivar importantes movimientos en el tablero. En un movimiento conjunto pensado y planificado, en enero de 2019 (unas semanas después de conocerse la posibilidad de que Rusia construya una base militar en Venezuela) el Bloque occidental desconoce al presidente Nicolás Maduro y reconoce a un nuevo presidente para el país sudamericano, iniciándose una gravísima crisis diplomática.

Esta crisis evidencia de manera muy clara los dos bloques que juegan la partida de ajedrez. Rápidamente el Bloque emergente sale en defensa del Gobierno de Venezuela y países como Irán, Turquía, Bolivia o Rusia defienden a Nicolás Maduro. El Bloque occidental, con piezas como Colombia, Perú, Reino Unido o Canadá, deja de reconocer a Maduro como presidente. En el momento de escribir este artículo, la crisis diplomática no se ha resuelto, con los dos bloques manteniendo sus posturas. Por el momento, consideramos que el poder efectivo en Venezuela sigue estando en manos del Bloque emergente, por lo que el país sigue formando parte de esa parte del tablero.

Un país americano que sí ha cambiado de bloque tras un cambio en el poder gubernamental ha sido México, que en julio de 2018 recibió a un nuevo presidente menos alineado con Estados Unidos que sus predecesores. Si tradicionalmente México había estado en el Bloque occidental, bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador parece que ha optado por una política internacional más alejada de este bloque. De manera contraria ha ocurrido en otros países como Ecuador, que han vivido un cambio de gobierno en otro sentido: han pasado del Bloque emergente al Bloque occidental.

Las elecciones no son la única herramienta que se utiliza en el juego geopolítico para cambiar el poder en los países. El tablero global ha vivido cambios a través de invasiones militares (ejemplo de Libia en 2011, un país del Bloque emergente cuyo gobierno fue reemplazado con la fuerza del Bloque occidental, o de Crimea, región de Ucrania -y por tanto del Bloque occidental- que fue invadida por Rusia -por el Bloque emergente) y también mediante destituciones (caso de Dilma Rousseff en Brasil, país que pasó del Bloque emergente al Bloque occidental en 2016).

Capítulo 2. Poder de cada bloque

La partida de ajedrez que vive el tablero global es una partida igualada. Pudiera no parecerlo, por la victoria que el Bloque occidental está cosechando en el plano de los medios de comunicación y creación de opinión, pero en realidad el Bloque emergente tiene un gran poder. Para empezar, cuenta con el poder de la demografía: tiene la mayor parte de la población mundial. Tiene dos asientos permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo cual le permite vetar decisiones importantes, tiene dos de los cuatro países con mayores reservas de petróleo del mundo (tenía tres de los cinco primeros, hasta que en 2003 el Bloque occidental invadió Iraq), tiene a cuatro de los cinco países con mayor número de militares activos… etc. El Bloque emergente es un contrincante duro.

El Bloque occidental tiene el dominio cultural y de la información, a través de medios de comunicación controlados por empresas occidentales y de enormes centros de producción de entretenimiento como Hollywood. Sin duda esto supone un arma importante para ganar la guerra de las ideas, pero además este bloque cuenta con recursos materiales como la fuente de energía de Arabia Saudí o el ejército de Estados Unidos. Supera al Bloque emergente en el Consejo de Seguridad de la ONU, con tres asientos permanentes, y tiene importantes potencias políticas como los países de la Unión Europea.

Capítulo 3. Amistades peligrosas

Estos dos bloques no son monolíticos ni estáticos. Su composición puede variar con el paso de los años, y casi siempre por los intereses cambiantes de cada país. En el momento actual, en estos primeros años del siglo XXI, vemos algunos movimientos extraños que rompen la lógica de los dos bloques. Una de las fichas más curiosas es India, que mantiene buenas relaciones con fichas de ambos bloques.

Sin embargo hay casos más destacados como Turquía, miembro del Bloque occidental por ser miembro de la OTAN pero a la vez enemigo declarado de países de este bloque como Israel, Arabia Saudí o Estados Unidos. Es por ello que en nuestro ajedrez global lo hemos colocado como parte del Bloque emergente, más aun cuando se ha alineado con Rusia y Venezuela. Sin embargo, Turquía llegó a derribar un avión ruso, iniciando casi una crisis con Rusia. Sin duda Turquía es una ficha que hace movimientos extraños. Y, como siempre, hay que entender estos movimientos desde la lógica de la estrategia y los intereses.

Por interés también Alemania, ficha importante del Bloque occidental, mantiene importantes relaciones con Rusia, país del Bloque emergente. El país europeo depende del gas ruso, y no puede permitirse estar demasiado enemistado con Rusia. A la hora de escoger un bando, quizás la elección de Alemania sorprendería a más de uno. En la política el país germano está alineado con Estados Unidos, pero en la energía tiene lazos con Rusia. ¿Qué es más importante?

Desde que en 2016 Donald Trump asumió la presidencia de los Estados Unidos, una gran polémica le ha perseguido: su relación con Rusia. La mayoría de los medios de comunicación del país aseguran que el propio Presidente mantiene intereses con Rusia y que el país del Bloque emergente incluso ayudó a Trump a ganar las elecciones. Estas graves acusaciones sitúan a la Casa Blanca en línea con Rusia. De ser cierto, el poder efectivo en Estados Unidos podría estar ligado a los intereses del Bloque emergente. Muchos acusan a Trump de haber cometido traición contra su propio país.

Sin duda retirar las tropas de Siria a finales de 2018 fue una decisión que colocó a Trump como aliado de Putin, puesto que beneficiaba a los intereses del Bloque emergente (Rusia tiene una base militar en Siria). Sin embargo, cuando a principios de 2019 Trump encabezó una ofensiva para sustituir el gobierno de Venezuela, el presidente de Estados Unidos demostró que los intereses de su país chocan frontalmente con los de Rusia y el Bloque emergente.

El ajedrez global es complicado. Ganar la partida completa no parece un objetivo realista, pero ir avanzando y arrebatando casillas al oponente es algo que se puede hacer si se sabe jugar. Quitando gobiernos, convenciendo a la población, invadiendo militarmente, iniciando guerras, con diplomacia… las herramientas son muchas y cada jugador tiene intereses diferentes. Analizar las noticias internacionales desde la óptica del ajedrez global nos permitirá como ciudadanos entender las causas y motivaciones de cada movimiento. Porque en el el ajedrez global nadie es inocente.

Artículos para ampliar:

Los países emergentes

Un mundo de bloques

Cambio en el orden económico mundial

La V Cumbre de los BRICS

La Alianza del Pacífico

El imperialismo estadounidense

– La partida de ajedrez de Estados Unidos

La dimensión geopolítica de la crisis de Ucrania