Puede que con el paso de los años pongamos las redes sociales a la altura de la rueda o de la máquina de vapor en la lista de inventos más importantes de la historia. Llevan una década con nosotros y ya han cambiado el mundo. Facebook, Instagram o Twitter no sólo están revolucionando la manera en que se organiza la vida en sociedad, sino también afectando a la forma de recibir información y noticias, a los hábitos de consumo y hasta a las relaciones personales. No hay duda de que estas plataformas han significado una auténtica revolución.
También están influyendo -y esto es más sorprendente- en la forma que se organiza la comunidad internacional, con líderes políticos tomando decisiones a golpe de tweet o discutiendo entre ellos con mensajes que todo el mundo puede leer y compartir. Es increíble observar cómo en este siglo XXI las relaciones internacionales se mantienen vía Twitter. Pareciera que el maquiavelismo y las estrategias en la sombra se han sustituido por el ansia de conseguir retweets. Los diplomáticos y asesores políticos de décadas pasadas quedarían horrorizados al ver que el presidente de un país amenaza con bombardear a otro de manera pública ante los ojos de millones de followers. Tradicionalmente las relaciones internacionales y la geopolítica han sido temas que se han llevado con discreción y alejados del gran público. Ahora todos podemos coger unas palomitas y sentarnos a disfrutar del circo mundial.
Lo cierto es que aunque pueda sorprender, no es extraño que los líderes globales hagan uso de las herramientas que facilitan las redes sociales. Atendiendo a su masa de seguidores, parece que, más que políticos, son verdaderas estrellas de rock, con legiones de seguidores hambrientos de noticias y acción. La siguiente tabla incluye a los diez líderes con más seguidores en las redes sociales:
Aunque se destacan Facebook e Instagram, lo cierto es que la actividad internacional vía redes sociales tiene lugar en Twitter. No es de extrañar, ya que todos los gobiernos del mundo tienen presencia oficial en esta plataforma, a excepción de Mauritania, Nicaragua, Laos, Corea del Norte, Turkmenistán y Swazilandia. Twitter es en cierta forma una representación del mundo entero, con prácticamente toda la comunidad internacional haciéndose follows, unfollows y enviándose tweets. ¿Las nuevas Naciones Unidas? Todo puede ocurrir en este siglo…
Además de líderes políticos, también son muy importantes los líderes espirituales, como el Dalai Lama, con 18.7 millones de seguidores en Twitter (no incluido en la anterior tabla por no ser líder de ningún país), o el Papa Francisco I, que en la misma red social acumula 47 millones de followers a través de nueve perfiles distintos (en nueve idiomas diferentes). Sin embargo éstos no suelen hacer geopolítica a través de sus tweets, simplemente envían mensajes de tipo moral o religioso.
La moral no es algo que pueda permitirse un líder político, por ello encontramos feroces tweets entre presidentes, acusaciones, amenazas… toda una serie de ataques emitidos por personalidades de las que se esperaría otro tipo de comportamiento. También hay mensajes de amistad y de buena relación. Son las relaciones internacionales a golpe de tweet:
«Las tensiones entre Estados Unidos y Turquía suben» titulaba el New York Times, precisando que dicho escenario se había acelerado debido al tweet de Donald Trump. De nuevo, el poder del tweet. Un mensaje en Twitter provocó un titular en el periódico más famoso del mundo. Un mensaje en Twitter provocó una tensión internacional entre dos potencias. Cuando Donald Trump tuiteó literalmente que «nuestra relación con Turquía no es buena ahora mismo» estaba enviando un claro mensaje al gobierno turco.
Aunque no le mencionó directamente, el mensaje de Trump llegó con seguridad a Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía y usuario activo en Twitter. Repasando el perfil de Erdogan encontramos gran cantidad de mensajes dirigidos directamente a otros líderes mundiales. Recientemente ha mantenido relaciones internacionales tensas a través de esta red social con el Ministro de Exteriores de los Emiratos Árabes por la situación con Qatar, país aliado de Turquía y enemistado con las monarquías del Golfo Pérsico. En 2017 varios países cortaron relaciones diplomáticas con Qatar acusando al país de financiar a grupos terroristas. Turquía, que tiene una base militar en el pequeño país peninsular, se ha mantenido siempre al lado de Qatar.
Erdogan también ha tenido sus polémicas con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. El día 15 de mayo de 2018 ambos estuvieron con ganas de tuitear y se intercambiaron duras menciones, acusándose de cometer delitos. «Erdogan sabe muy bien lo que es el terrorismo y el asesinato» dijo Netanyahu, que recibió una viral respuesta del presidente turco: «Netanyahu tiene las manos manchadas de la sangre de los palestinos». A más de 50.000 personas les gustó este mensaje. A Netanyahu no le importó mucho, ya que se dedica a hacer política a través del tweet. Es uno de los líderes mundiales más tuiteros. Eso le ha valido críticas, pero es una estrella en Twitter por mensajes como este:
Could you stop Ronaldo from scoring a goal?! pic.twitter.com/2M4m4GRsIv
— Benjamin Netanyahu (@netanyahu) 27 de junio de 2018
Atrayendo la atención con el fútbol, el Primer Ministro israelí utiliza descaradamente Twitter para tratar de condicionar el devenir de un país extranjero. Netanyahu anima a la población iraní a rebelarse contra su gobierno. Algo inaudito, pero que una estrella como él puede permitirse. También tuvo una crisis diplomática con México cuando felicitó a Donald Trump por la «genial idea» de construir un muro fronterizo. «Yo lo he hecho con los palestinos y conseguí frenar la inmigración», dice el mandatario israelí en su incendiario mensaje -un tweet que gustó a más de 100.000 personas.
Sobre el tema de la inmigración, tan de actualidad en los últimos años, otro famoso político tuitero se pronunció de manera muy contraria a Donald Trump o Netanyahu: el primer ministro de Canadá, el joven Justin Trudeau publicó sus intenciones políticas haciendo un llamamiento a todas las personas del mundo que buscan refugio.
To those fleeing persecution, terror & war, Canadians will welcome you, regardless of your faith. Diversity is our strength #WelcomeToCanada
— Justin Trudeau (@JustinTrudeau) 28 de enero de 2017
Por encima de todos en el mundo virtual se encuentra el mandatario indio Narendra Modi. Este tuitero cumple dos requisitos esenciales para ser una estrella: carisma y una enorme masa de seguidores. Sin duda ser el primer ministro del país más poblado del mundo (¿lo es ya o lo será dentro de nada?) ayuda a la hora de conseguir followers, pero no hay que olvidar la particular manera de entender la política y las relaciones internacionales de Modi. Es precisamente su carácter el que hace que sea tan popular. Atendiendo a sus tweets, observamos que es el líder mundial que más énfasis pone en la dimensión personal a la hora de hacer política internacional. Así ha conseguido hablar de geopolítica por teléfono con el mandatario japonés y ser una de las tres únicas personas a las que Shinzo Abe sigue en Twitter. Sin duda la relación internacional Modi-Abe es una de las más cercanas en la red social -los tuiteros ya hablan de bromance. También Rajnath Singh, Ministro de Interior indio y estrella en Twitter con más de 11 millones de seguidores, tiene buena relación con el Primer Ministro japonés a través de la red social. Al parecer la diplomacia entre Japón y la India en este siglo XXI está teniendo un pilar muy importante en Twitter.
De tono muy diferente son las relaciones entre Chile y Bolivia. El presidente chileno Sebastián Piñera tuiteó directamente a Evo Morales diciéndole que se callara y dejara de mentir, algo a lo que el boliviano respondió tildando a Piñera de «jefe de la oligarquía pinochetista» y acusándole de «usar el poder público para hacer negocio privado».
Un presidente indígena jamás callará ante el jefe de la oligarquía pinochetista que usa el poder público para negocio privado.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) 25 de junio de 2017
Pero la gran estrella de las relaciones internacionales a golpe de tweet es el Presidente de Estados Unidos. Donald Trump ha demostrado que no es un político corriente, y trata de romper las reglas de la política tradicional en prácticamente todos los ámbitos. En Twitter no es una excepción. Utiliza esta red social todos los días, publicando sus opiniones sobre cualquier tema. Aunque su uso desmesurado e incontrolado del tweet es una de las cosas por las que más se le critica, la estrategia parece funcionarle bien. Trump incluso ha admitido que «sin Twitter no sería presidente».
Los medios de comunicación están atentos al timeline de @realDonaldTrump para ver qué tuitea. La CNN y el periódico The Independent tienen incluso un servicio de avisos que informa de cuándo y qué tuitea el presidente. Podría parecer excesivo, pero en el caso de Donald Trump un tweet sí puede traducirse en políticas concretas. Desde anuncios con subidas de impuestos (a Turquía, a Canada…) hasta avisos a sus enemigos:
President Bashar al-Assad of Syria must not recklessly attack Idlib Province. The Russians and Iranians would be making a grave humanitarian mistake to take part in this potential human tragedy. Hundreds of thousands of people could be killed. Don’t let that happen!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 3 de septiembre de 2018
No es la primera vez que menciona directamente a Irán. Posiblemente uno de los tweets más famosos de Trump en cuanto a las relaciones internacionales es el que puso el día 23 de julio de 2018. Más allá del uso infantil de las letras mayúsculas para darle más ¿seriedad? al mensaje, es importante ir al fondo de la idea: fue una amenaza a un país soberano realizada de manera pública y sin tapujos.
To Iranian President Rouhani: NEVER, EVER THREATEN THE UNITED STATES AGAIN OR YOU WILL SUFFER CONSEQUENCES THE LIKES OF WHICH FEW THROUGHOUT HISTORY HAVE EVER SUFFERED BEFORE. WE ARE NO LONGER A COUNTRY THAT WILL STAND FOR YOUR DEMENTED WORDS OF VIOLENCE & DEATH. BE CAUTIOUS!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 23 de julio de 2018
Este tweet se hizo viral y escandalizó a la comunidad internacional. La CNN tituló que Trump lanzaba una «explosiva amenaza» a Irán. No hay que olvidar que la República Islámica es una potencia nuclear, así que elevar la tensión con este país no es recomendable en ningún caso. El tuitero Trump parece no entender las relaciones internacionales -o estar dispuesto a cambiar la forma de hacer geopolítica. De distinto tono pero igual de alarmante es este otro tweet:
North Korean Leader Kim Jong Un just stated that the “Nuclear Button is on his desk at all times.” Will someone from his depleted and food starved regime please inform him that I too have a Nuclear Button, but it is a much bigger & more powerful one than his, and my Button works!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 3 de enero de 2018
Informar a otro líder político de que «tengo un botón nuclear muy grande y que funciona muy bien» es algo que la comunidad internacional no había visto nunca. De haber existido Twitter en tiempos de la Guerra Fría quizás se habría acabado la historia de la Humanidad. Sin embargo Trump también utiliza las redes sociales para mostrar que es capaz de mantener buenas relaciones con otros mandatarios. Por ejemplo con Shinzo Abe, con quien subió un tweet jugando a golf, para después decir que «la relación con Japón es más cercana que nunca».
Y aunque lo cierto es que entre la mayoría de líderes mundiales existe una relación cordial a través de las redes sociales, los mensajes que más atención atraen son los incendiarios, los que pueden hacer estallar crisis diplomáticas. El morbo atrae a los espectadores, pero en realidad un tweet desafortunado puede romper la relación entre dos países. ¿Llegaremos al punto en el que un tweet pueda ser la chispa que encienda un conflicto bélico? Twitter ha decidido que no borrará en ningún caso los tweets de ningún líder mundial. La compañía tuvo que hacer este comunicado tras la gran cantidad de peticiones que hubo para que se eliminaran algunos tweets de Donald Trump que podían poner en peligro la ya débil paz mundial.
Sin duda Twitter facilita un espacio para que la gente comparta e intercambie información y contenidos pero, si también es una plataforma utilizada para hacer política, ¿no pierde ésta su pretendida seriedad? ¿hasta qué punto es responsable un líder político que toma decisiones o comparte su estrategia a través de las redes? ¿a caso es ese el perfil político que los votantes van a demandar y a apoyar en el futuro?