Jorge III, rey de Inglaterra, hace caso omiso a las peticiones de las colonias. Son 13 las colonias que los ingleses tienen en Norteamérica, y los habitantes de éstas colonias ya están hartos de que el Parlamento inglés no les haga ni caso. No tienen representación política ni derecho a opinar. Es cuestión de tiempo que se revolucionen. Además, hay precedentes, como la “Guerra de los 7 años” en la que se enfrentaron Francia e Inglaterra por el control de América e India (por el comercio y tal). De está guerra salió vencedor Inglaterra, pero claro, toda guerra conlleva un gasto importante, y el gobierno inglés quedó en déficit público y subió los impuestos a todos los ingleses, incluido a las colonias.
Estas se quejan ahora de verdad porque, está bien tener deberes y tener que pagar los impuestos, pero siempre y cuando se tengan derechos, y ellos muchos derechos no tenían, no estaban representados en el Parlamento de Londres, y eso era lo que pidieron en un principio. Las tensiones entre el Gobierno Central y las colonias no vinieron únicamente por lo de la representación en el parlamento, también hubo otros capítulos de tensión como:
STAMP ACT. (1765) Nuevos impuestos para las colonias. Quejas de los habitantes. El gobierno inglés cede y decide quitar esos impuestos.
TOWSHEAD ACTS. Otros nuevos impuestos en productos que venían de Inglaterra. En esa época colonial todas las colonias estaban obligadas por monopolio a consumir productos de la potencia, así que la situación en las colonias americanas era algo como “Me están obligando a comprarles y, además de eso, me ponen impuestos a los productos!” Las colonias se quejaron de nuevo y el gobierno retiró los impuestos, salvo los del té. El té procedía de las indias orientales, y como había intereses económicos privados (de las empresas exportadoras) el impuesto sobre el té se mantuvo.
TÉ. Ante el impuesto sobre el té los colonos se quejan y tal y bueno, la tensión lleva al episodio del Motín del té de Boston, donde los colonos hundieron unos barcos británicos que venían llenos de té.
Ante el episodio del Motín del Té, Jorge III establece las conocidas como “Leyes Intolerables”, que ponían al poder militar por encima del poder legislativo propio de las colonias, vamos, que era una especie de estado de excepción. No tenían derechos ni instituciones legislativas, allí quien mandaba era el ejército inglés. Ante esta situación tan alarmante, los representantes de las 13 colonias se reúnen en dos meetings:
- en el Primer Congreso Continental (1774) piden al rey derecho a estar representados en el Parlamento y que retire las Leyes Intolerables. Dicha petición se realiza de forma muy educada y cordial, a sabiendas de que el ejército inglés es más fuerte. El rey dice que no a esas peticiones y, además, envía tropas a las colonias, por si las moscas.
- en el Segundo Congreso Continental (1775) deciden declarar su independencia, ya que la situación a la que se ha llegado es intolerable. “Mira tío, no queríamos llegar a esto pero… no nos estáis concediendo nada de lo que os pedimos, así que esta relación se ha acabado”.
Así pues comenzó el conflicto armado. Los dos bandos estaban, en principio, desequilibrados, pero ganaron los más humildes. El ejército inglés era un ejército profesional, que contaba además con mercenarios y que controlaba el mar. Los ejércitos colonos revolucionarios eran gente que se había apuntado voluntariamente y que no sabían mucho de guerra, aun así, todos se agruparon en torno a la gran figura de George Washington y cabalgaron hacia la victoria. Ellos contaban con la ventaja de conocer bien el interior.
Una de las batallas definitvas, en cambio, fue en la costa, en la ciudad de Yorktown, donde los colonos dieron un golpe de autoridad ante el ejército inglés. A parte de estar perdiendo la guerra, lo que presionó al gobierno inglés a dejar el conflicto fue la opinión pública allí en Inglaterra. Los ingleses no veían bien la guerra, que además les estaba costando dinero. Nadie quería pagar más impuestos por una guerra que se estaba librando allá lejos, al otro lado del océano. Así pues, se termina la guerra, y nacen los Estados Unidos de América, elaborando una nueva constitución que defiende las ideas de soberanía nacional, división de poderes y liberalismo político y económico.