La revolución francesa fue un conflito político y social que tuvo lugar a finales del S.XVIII en Francia, acabó con el sistema del Antiguo Régimen y llevó durante unos años las ideas liberales a la política, instaurándose una república. Las causas que desataron todo el movimiento revolucionario fueron:
- Económicas: el S.XVIII es un siglo económicamente bueno para Francia, es un siglo positivo. Los burgueses están contentos. Pero a finales de siglo, antes de que estalle la revolución, hay una etapa de hambrunas, el precio de la comida sube…. vamos, que una población acostumbrada a vivir bien se ve sorprendida por problemas.
- Sociales: diferencias sociales. La burguesía y el pueblo son los que pagan impuestos, frente a la aristocracia, que no paga nada. Hay un descontento por esa parte. La sociedad estamentada era la que predominaba en la época del Antiguo Régimen.
- Ideológicas: el movimiento de la Ilustración trae nuevas ideas en las que se pone en duda el Antiguo Régimen y propone nuevas reformas. Es un contexto ideológico favorable, hay un cambio de ideología, de la ignorancia medieval se pasa a la consciencia de que hay que cambiar el rumbo de las cosas.
EL DETONANTE
Luis XVI, el rey de Francia, se encuentra con una situación de déficit público. Como no se puede exprimir más al pueblo llano, aconsejado por sus consejeros ilustrados, el rey decide subir los impuestos a la burguesía que, obviamente, se queja.
El rey Luis XVI estaba aconsejado por consejeros ilustrados, algunos famosos como Turgot, quien fue el que le aconsejó convocar los Estados Generales, un antiguo sistema de congreso que no se ponía en práctica desde el S.XVII. En estos “Estados Generales” estaban representados la aristocracia, la iglesia y el tercer estado (el pueblo llano). Era un sistema medieval, en el que se votaba por estamento, así que, debido a los pactos iglesia-aristocracia el tercer estado nunca ganaba ninguna votación, siempre quedaban 2-1 perdiendo.
Ante esta situación de inferioridad en las asambleas de los Estados Generales, el tercer estado decide no reconocer esas asambleas como válidas y se reúne en otra asamblea, en el llamado juego de pelota, constituyendo así la Asamblea Nacional, donde, entre otras cosas, declaran la soberanía nacional. Promulgan la Declaración de Derechos del Hombre y del Ser Humano, la división de poderes, la abolición del feudalismo, la nacionalización de los bienes de la Iglesia, la constitución civil del clero (separación Iglesia-Estado, para que la Iglesia se encargue exclusivamente de asuntos eclesiásticos y no se meta en política). Así pues, se llega al momento en el que París es controlado por la Asamblea Nacional, que cuenta con una parte del ejército fiel, y es la que mantiene bajo control la ciudad. La Asamblea Nacional promulga una Constitución en 1791, que, aunque sigue siendo monárquica, establece la división de poderes. Habrá un parlamento y en él será donde se legislen las leyes, el rey no podrá decir nada. Se establece también el voto censitario, que permite votar a los burgueses únicamente (gente con dinero).
Parece que el pueblo parisino tiene controlado el país y tal, y que el rey ya está enmudecido por los cambios, pero a este sistema de monarquía parlamentaria tan “light” que había puesto la Asamblea Nacional no gustaba a todos. Después de la Constitución de 1791 se hacen elecciones, y surge una Asamblea Legislativa en la que la mayoría de los diputados apoyan una monarquía parlamentaria, pero en la que también hay una minoría que quiere avanzar hacia la república. Estos republicanos minoritarios en cuanto a diputados se dividen en Jacobinos y Girondinos. Aparece Robespierre y empiezan los problemas. Hay revueltas dentro del país y también a nivel internacional, ante la aparición de repúblicanos, las potencias europeas como Austria deciden intervenir, pues no ven con buenos ojos que Francia acabara siendo una república. El ejército austríaco entra en Francia. Entonces, con el apoyo del tercer estado (del pueblo llano) los jacobinos y girondinos se levantan contra el gobierno, contra la Asamblea Legislativa. Es un golpe de estado en toda regla.
Los republicanos, apoyados por el pueblo, dan un golpe de estado al gobierno, a la asamblea donde la mayoría de los diputados defendían una monarquía parlamentaria. Entonces los republicanos asumen el poder y cambian todo, la constitución, el sistema de voto… ahora ya no es un sufragio censitario, sino que puede votar todo el pueblo, y claro, cuando todo el pueblo vota, los beneficiados son los republicanos, que obtienen más votos. El gobierno, recordemos, estaba formado por girondinos (republicanos más moderados) y jacobinos (que eran republicanos radicales). Este período de república, conocido como Convención, se distingue entre dos fases: la convención girondina, de 1792-1793, y la convención jacobina, de 1793-1794. Una de las primeras decisiones del gobierno republicano al llegar al poder fue qué hacer con el rey Luis XVI, se le había acusado de traición, y, mientras que los girondinos optaban por exiliarle del país, los jacobinos defendían la aplicación de la pena de muerte. Finalmente se votó y, por poca diferencia, salió adelante la segunda opción. Luis XVI fue guillotinado. Ante este acto tan radical, las potencias europeas decidieron intervenir con fuerza. Francia entonces se encuentra con problemas exteriores, guerras internacionales, y con problemas interiores, una guerra civil. La guerra civil que se desata en Francia durante esos años convulsos enfrenta a realistas (defensores de la monarquía) y revolucionarios.
Llegado a un momento, la facción jacobina del gobierno decide que no está contenta con la gestión llevada a cabo por los girondinos y da un golpe de estado. Los jacobinos dan un golpe de estado y se colocan en el poder. En ese momento se produce una persecución a los girondinos, sus antiguos compañeros. Es la etapa de El Terror, se guillotina a más de 40.000 personas, hay persecuciones políticas, exilios masivos… Así pues, la fase de la convención jacobina tiene dos caras: una negativa y otra positiva. Obviamente la radicalidad de los jacobinos llevó a una época sangrienta, Robespierre, líder jacobino, ordenó guillotinar a antiguos compañeros, a sospechosos de ser realistas… etc. Aun así, también se establecen muchas medidas sociales y se mejora, en general, el sistema social. El gobierno de Robespierre pone en marcha políticas sociales positivas. El sistema de pensiones, un seguro laboral para trabajadores, se sube los impuestos a los más ricos, se ayuda a los desfavorecidos… etc. En Julio de 1794 los burgueses, hartos de las revueltas y los problemas que está trayendo el gobierno republicano, dan un golpe de estado. Se guillotina a Robespierre y a todo su gobierno. Los burgueses pretenden volver al sistema de la monarquía parlamentaria, el sistema que había tenido lugar durante la Asamblea Legislativa, durante poco tiempo 1791-1792. Después de estos dos años de república tan agitada 1792-1794, los burgueses pretendían regresar a un sistema más estable y pacífico. Se aprobó una nueva Constitución en 1795, ratificada en un plebiscito y se estableció un Directorio, formado por cinco miembros llamados directores. El Directorio gobernaba con el apoyo del ejército. Parecía que todo iba a salir bien, pero en el ejército destacaba un nombre: Napoleón.
Ese pequeñito general tenía una buenísima reputación y mucho prestigio entre los militares. Todos le adoraban. Sus campañas de Egipto e Italia le habían dado mucho prestigio. A su regreso llegó a Francia como un héroe. Todo habría salido bien si Napoleón se hubiera limitado a proteger al gobierno del Directorio, pero no, éste pequeño general tenían inquietudes políticas y ansiaba el poder. Así pues, Napoleón sustituyó el Directorio por un Consulado, formado por dos cónsules y un militar. Napoleón, no satisfecho aun así, destituyó a los dos cónsules y se proclamó cónsul único. Y después, al ver que iba a tener que dejar el puesto en algún momento para cederlo a otra personalidad, decidió cambiar la ley para poder ser cónsul único y vitalicio (de por vida). Ahora ya tenía todo el poder, pero… aunque parezca imposible, aun quería más. Decidió coronarse como Emperador. Para estar avalado, convenció al Papa (y consiguió así pues la legitimación divina, como en los tiempos del Antiguo Régimen) y también realizó un plebiscito entre la población francesa, que salió también que sí, que le querían como emperador. Así pues, se autocoronó emperador de Francia.